sábado, 22 de febrero de 2014

Sierra de Guara

Guara, sierra, pico y espada,
mi horizonte de la infancia,
mi montaña amada.

Te he rondado durante años,
te he mirado extasiada.
He hollado tu cima, seca y nevada,
he pisado tus vaguadas, tus escarpes, tus balsas,
he mirado tus pantanos, de verdosas aguas.
Guara, amada,
podría llorar por ti,
mi pequeña montaña,
sierra soñada.

Me gustan todas tus caras,
me gustas más sola, que frecuentada.
Puedes dar miedo, por tus cortadas.
Cientos de sendas
surcan tu piel arbolada
desde allí el horizonte se convierte en magia.

Moncayo y Pirineos, nobles montañas,
te miran con cariño, sierra callada;
aunque no te enorgulleces, Huesca te ama,
te aman sus habitantes, de cuya vida eres,
norte y festejo
referencia, nieve y viento.

Ahora que estoy lejos, te evoco con nostalgia
con todos tus recuerdos llenas mi alma.

miércoles, 19 de junio de 2013

¿Por qué me gusta subir montañas? (II)

Después de mucho tiempo sin escribir, dejo este comentario que leí en esta triste noticia:

Maurice Herzog. El montañismo, es una aventura individual, hacia una verdad interior, ¿Por qué se suben las montañas? No existe una respuesta única, tal vez no existirá nunca. Porque cuando me encuentro en la cúspide inundada de sol, con las brumas debajo de mi, formando olas ondeantes, una alegría sin limites penetra en mi corazón e invade mi cuerpo. Y la embriaguez de aquella hora, pasada allá arriba lejos del mundo, en la gloria de las alturas, podría bastar para justificar cualquier locura. Al hollar una cima, sientes la necesidad del descanso, momentos después llega la admiración del entorno que te rodea, antes de emprender la bajada al valle, surge la meditación.
Somos conscientes de que tal vez, nunca volveremos al lugar, y que, posiblemente finaliza un episodio de nuestra vida. El camino hacia la cumbre es el camino hacia uno mismo. Una marcha en solitario. La montaña es fascinación, es sentir cuan pequeños y frágiles somos, es sentir la dependencia del “todo” y de “todos” … Es la vida… Descansa en paz y el pésame a la familia amigos conocidos y de todo su entorno.

jueves, 1 de diciembre de 2011

El valor de tomar las decisiones adecuadas

Reproduzco aquí un artículo interesante publicado en el suplemento "Aragón, un país de montañas", de Heraldo de Aragón, del 18 de agosto.


Vista desde el Pico Peiró

En la campaña de Montañas Seguras se incide mucho en la importancia de salir al medio natural habiéndose informado correcta y ampliamente antes de salir. Si la planificación no se ha hecho a conciencia, después será muy difícil que, una vez en el itinerario, sepamos dar respuesta a los imprevistos.

Sin embargo, tan importante como preparar bien los recorridos con antelación es tomar las decisiones adecuadas durante la actividad. Para ello, suele bastar con conocer todas aquellas variables que supone moverse por el medio natural y, a lo largo de la excursión, prestar la debida atención en caso de que se produzcan.

Estas circunstancias ocasionales, así como la manera de prevenirlas y enfrentarlas cuando surjan, pueden concretarse en una serie de puntos que las resumen, especialmente indicados para aquellas personas que tengan la responsabilidad de un grupo. Estos puntos son los siguientes:

–Valorar de forma constante que el resto de los que realizan la actividad con uno mismo está disfrutando. Gran parte de los retrasos, agotamientos y deshidrataciones se dan por no haber sabido darse la vuelta a tiempo. La persona que dirige al grupo debe estar pendiente de todos sus componentes. Un mal día lo tiene cualquiera.

–No separarse de los compañeros, ni dejar solo a nadie. Un número importante de los extravíos se dan en grupos que se han dividido o personas que se han separado del grupo principal por no tener más ganas o fuerzas para seguir. Si se sale juntos al monte, se debe volver juntos también. En ocasiones, la persona o personas que se quedan más atrás no son las que han preparado el recorrido o no tienen suficiente autonomía en el medio, por lo que, si los responsables los dejan atrás, es como si se les hubiera mandado solos a la montaña.

–Si es necesario, hay que tener en cuenta las alternativas más cortas que han debido prepararse antes en casa o, en casos más desfavorables, considerar darse la vuelta y volver otro día: ¡la montaña no se mueve de su sitio.

–Hidratarse y alimentarse correctamente, no hay que desatender esas necesidades básicas y debe evitarse el llegar a estados de agotamiento difíciles de solucionar.

–Atender a los más pequeños del grupo o a los que menos experiencia tienen de forma especial, pues ellos serán los que marcarán el ritmo del resto y el desarrollo de la actividad.

–Utilizar los mapas y una estimación de horario para asegurarse de que se van cumpliendo según lo previsto. Tomar la decisión de acortar el itinerario si se ve que no es así y que la caída de la noche, o un exceso de horas de excursión, comprometen la seguridad del grupo.

–Comprobar que la meteorología no supone un riesgo: el tiempo en montaña es muy cambiante y, además, varía de un valle a otro, por lo que las previsiones pueden fallar. Tampoco es nada extraño que los cambios meteorológicos puedan adelantarse respecto al pronóstico. A pesar de haber consultado la meteorología antes de salir, es mejor comprobar que la realidad confirma lo esperado y que esta no supone un problema para completar la actividad.

UNA REFLEXIÓN A TIEMPO

En general, si se analizaran uno por uno los rescates que se producen en montaña, se podría constatar que una proporción bastante grande se producen por las decisiones que, sobre el terreno, toman quienes las realizan. Conviene insistir en que la idea de que saber renunciar a tiempo, o reconducir la salida hacia otra más sencilla o corta, será en ocasiones la garantía para que las cosas salgan bien, volvamos a casa a una hora razonable y, sobre todo, contentos y satisfechos.

De este modo, aquellos que nos acompañan querrán volver a salir otro día, una cuestión que debe tenerse especialmente en cuenta cuando tratamos con personas que se están iniciando en la montaña.

Someter a nuestro cuerpo o al de nuestros amigos a un esfuerzo excesivo es la causa más frecuente por la que se originan percances: tanto agotamientos como deshidrataciones y extravíos suelen producirse por haber bajado la guardia en algún momento. Por otra parte, bastantes veces ocasionan un rescate que se podría haber evitado. Solo es cuestión de prudencia, unos minutos de reflexión y saber desistir, antes de que sea demasiado tarde, de nuestro plan inicial.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Sentir la montaña

Vistas desde el Pico Peiró
Transcribo a continuación un interesante y bonito artículo de opinión de Carmelo Marcén Albero, publicado en Heraldo de Aragón el 22 de agosto de 2011.

En sus líneas, aparecen algunos de los motivos por los que subir montañas... además de otras reflexiones sobre la seguridad, con las que se puede o no coincidir.

Lo primero es la belleza permanente de las montañas. Las siluetas de los montes y picos simulan atalayas que nos vigilan, los barrancos cuentan la intención transformadora del agua. Las plantas, con su policromía permanente, ejecutan estrategias para atraer a los insectos polinizadores en unos casos o para adaptarse a las condiciones meteorológicas en otros. Los sonidos de los animales componen la eufonía perfecta que componen la eufonía perfecta que comparten con la cadencia del viento. Olores, colores, sonidos y figuras matizan el paisaje de nuestros montes desde el más humilde cerro del valle del Ebro hasta la más alta cumbre de los Pirineos.

La conquista deportiva de esas atalayas o el paseo reparador por sus laderas viene después. Tanto los excursionistas como los montañeros, o los simples observadores, sienten confortado su espíritu cuando realizan cortos paseos o itinerarios complicados por las ascensiones, aunque a muchos les suponga un gran esfuerzo.

Son impresiones cortas, si las comparamos con la permanencia de las cualidades de las montañas, pero son la recompensa por hollar la cima o por recorrer el camino. Se convierten en episodios grandiosos que enriquecen la memoria y sirven para relatarlos. Dignifican la montaña en la cultura colectiva.

Durante este verano, la montaña de Aragón no ha sido noticia por su belleza ni por las hazañas deportivas. Heraldo ha recogido a menudo rescates en Guara, Pirineos, etc. En ocasiones, se trata de simples extravíos, pero en otras se evacuaban heridos de diversa consideración e incluso se han perdido vidas. La nómina es elevada y heterogénea: montañeros en solitario o en compañía, familias, jóvenes y mayores, grupos de colonias de verano, españoles y franceses y muchos niños. La Guardia Civil ha tenido que socorrer en tres casos a altas horas de la madrugada a grupos en los que iban menores.

Cuesta entender que haya gente que se lance a la aventura en camiseta y playeras, ellos mismos y los niños que los acompañan. No queremos imaginarnos lo que hubiese sucedido de no existir los teléfonos móviles para avisar y los equipos de salvamento, que están siempre prestos para acudir y son merecedores del reconocimiento colectivo.

Los verdaderos montañeros saben que siempre hay un riesgo en las ascensiones, que un segundo de fatalidad puede hacerles perder a algunos de los suyos, por lo que salen siempre muy preparados. No existe una explicación cabal para justificar el aumento de accidentes de este año. Hay quien dice que el azar y la mala suerte están en su origen; sin duda, los imprevistos han tenido algo que ver, la cambiante meteorología ha pillado a los confiados.

Pero parece que son otros los factores que provocan este rosario de sucesos, sin duda muy ligados a las razones que impulsaron a esas personas a lanzarse a la aventura de conquistar los montes. La irresponsabilidad, la necesidad de vivir experiencias fuertes para vencer el tedio cotidiano, la despreocupación de adultos que ponen en peligro a sus hijos, el sentimiento de triunfo cuando se baja rápidamente un barranco que los siglos han modelado o cuando se derrota a un gigante pirenaico creyéndose ‘pasabanes’ o ‘pauneres’ a los que hay que emular. Pero la montaña no es el mejor escenario para organizar yincanas.

Belleza y superación de retos no están reñidas, más bien se complementan y unidas provocan emociones y engrandecen a la montaña. Pero no pueden estar oscurecidas por las tragedias montañeras que, como este año, sacuden a los accidentados y a sus familias. Hoy cuesta muy poco informarse en Internet o en las guías. También se puede acudir a personal especializado que conduce con tino por los senderos a la vez que comunica su amor y respeto por el lugar. Así se evitan apuros a uno mismo y a las personas que forman los equipos de rescate.

La gente que desprecia el riesgo en la montaña no la respeta y no encontrará el sentimiento placentero del que hablan Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro. Por eso, hay que fomentar las campañas informativas y educativas en los lugares más concurridos. Habrá que estudiar si son necesarias, además, otras actuaciones, puestas ya en marcha en otros lugares, como las limitaciones de acceso o el copago de los rescates cuando se demuestre la imprudencia de los rescatados.

Más información:
Los expertos en barrancos y en alta montaña detectan este año un «exceso» de imprudencias

domingo, 7 de agosto de 2011

Cima 18: Peyreget (2.483 m)

Salida al Pirineo después de no estar en él hace bastante tiempo, disfrutando de nuevo con la amplitud de los paisajes, encontarte dentro de ellos y teniendo que hacer un esfuerzo para llegar más alto. Es la cima 18 desde que empecé el blog, según he contado, aunque las últimas no he puesto el número.

Midi de Ossau, justo enfrente del Peyreget

Ibón medio, en la subida al Peyreget (se ve en medio en la foto primera).



Peyreget visto en el descenso, cerca del aparcamiento de Anéou. Se empeoró el día y acabó lloviendo...



viernes, 5 de agosto de 2011

19 de junio 2011

Huesca desde Las Calmas


El Pirineo desde la Calma Superior

Al fondo, el Tozal de Guara

lunes, 11 de abril de 2011

Dos convocatorias que pueden interesar

Dejo aquí información de dos convocatorias de la Federación Aragonesa de Montañismo que pueden interesar:


VI CONCURSO DE FOTOGRAFÍA PAÍS DE MONTAÑAS 2011
Título de esta convocatoria: “La Montaña y el Agua”

Uno de los elementos mejor vinculados al paisaje, el deporte y la protección del medio ambiente es el agua, imprescindible para el desarrollo de la vida natural, reponer las fuerzas del deportista y como buen exponente de la protección y cuidado del medio natural. Además de contribuir a modelar el paisaje permite la practica de varias modalidades deportivas en función de su estado (escalada en hielo, esquí, descenso de barrancos) es por ello que esta edición busca conjugar la armonía entre el agua, la montaña y la practica deportiva. Bases

ENCUENTRO MUJER Y DEPORTE - FAM 16-17 DE ABRIL
El domingo 17 de Abril se convoca el segundo encuentro de montañeras aragonesas organizado por la vocalía de MUJER Y DEPORTE de esta federación. Para participar es necesario estar federada, con la tarjeta federativa del año en curso.

El punto de encuentro será el Refugio de Bujaruelo el Sábado 16 a las 19:30 la intención es que cenemos todas juntas y antes de cenar podamos recoger, cualquier iniciativa que tengáis para fomentar este tipo de actividades.