miércoles, 19 de junio de 2013

¿Por qué me gusta subir montañas? (II)

Después de mucho tiempo sin escribir, dejo este comentario que leí en esta triste noticia:

Maurice Herzog. El montañismo, es una aventura individual, hacia una verdad interior, ¿Por qué se suben las montañas? No existe una respuesta única, tal vez no existirá nunca. Porque cuando me encuentro en la cúspide inundada de sol, con las brumas debajo de mi, formando olas ondeantes, una alegría sin limites penetra en mi corazón e invade mi cuerpo. Y la embriaguez de aquella hora, pasada allá arriba lejos del mundo, en la gloria de las alturas, podría bastar para justificar cualquier locura. Al hollar una cima, sientes la necesidad del descanso, momentos después llega la admiración del entorno que te rodea, antes de emprender la bajada al valle, surge la meditación.
Somos conscientes de que tal vez, nunca volveremos al lugar, y que, posiblemente finaliza un episodio de nuestra vida. El camino hacia la cumbre es el camino hacia uno mismo. Una marcha en solitario. La montaña es fascinación, es sentir cuan pequeños y frágiles somos, es sentir la dependencia del “todo” y de “todos” … Es la vida… Descansa en paz y el pésame a la familia amigos conocidos y de todo su entorno.